CEIP L´Ablanu


¿CONOCES LA LEYENDA?
En la zona piloñesa al señor de la Torre de Ludeña, hombre piadoso y valiente. Se le apareció en sueños la Virgen María con otra forma a la que veía en la Iglesia y ante su sorpresa, contestó la Virgen diciéndole que la imagen con que la veía se la había dado ella a un monje muy santo y ascético, que vivía en las proximidades haciendo muchas y duras penitencias y que Ella deseaba que a esa imagen se le diese culto. Al despertar, el señor de la Torre de Ludeña, para asegurarse de la verdad o no de aquel sueño, emprendió sus investigaciones, que vio satisfechas, puesto que, al pasar un día cerca de una caverna, creyó escuchar algo parecido a lloros y gemidos y, entrando en ella, encontró lo que buscaba.
La caverna de la peña formaba una gran cueva, con la entrada cubierta de maleza, espinos y rosales silvestres. En el fondo de ella y en un hueco tosco horadado en la piedra, vio el señor de la Torre de Ludeña la misma imagen que se le había aparecido en sueños y a un hombre postrado en tierra, vestido con un pobre sayal, demacrado y entristecido por las penitencias y la soledad. Reconoció enseguida en el anacoreta a su amigo, el noble y valiente guerrero portugués, que en otra época había visto pelear, a su lado, bajo las banderas del Rey de Castilla.
La historia del anacoreta la conoció el señor de la Torre de Ludeña enseguida. Hace algunos años, el noble portugués había dejado su tierra para pelear en el ejército castellano contra los árabes. El noble portugués venía en las huestes de un conde que tenía su castillo en las proximidades de Zamora, donde había dejado a su hija, la enamorada del noble portugués, con la que se debía casar al finalizar aquella campaña. Terminada ésta, volvieron el caballero y el conde a sus tierras de Zamora, y pronto vieron los torreones del castillo condal. La enseña condal no flameaba al aire, nadie salió a su encuentro y el castillo parecía como deshabitado. Al poco de penetrar en el castillo, se enteraron de que la hija del conde se encontraba en plena agonía, falleciendo al poco tiempo. Cuando enterraron a la bella dama, el caballero portugués salió solo, en su caballo hacia tierras de Castilla.
Y desde entonces se dedicó a una vida de meditación, oración y penitencia en el fondo de la cueva, transformándose poco a poco de audaz guerrero en hombre de sacrificio y oración. Una noche se le apareció la Virgen dejándole una imagen suya para que la tuviese físicamente ante sí lo que tan deseosamente buscaba con los ojos del alma.
Cuando su vida se agotaba y la Virgen que había colocado en una oquedad de la Cueva iba a quedar abandonada, para que no ocurriese esto, la Virgen María, tal como ya sabemos, se apareció al señor de la Torre de Ludeña. Este buen caballero, después de enterrar a su amigo, promovió ardorosamente el culto a la Virgen María, aumentándose después la devoción a Ella por los milagros que se realizaron en los fieles por intercesión de la Santísima Virgen que allí se venera, pasando a ser conocida como la Virgen de la Cueva.

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Piloña es un concejo en la zona oriental de la comunidad autónoma del Principado de Asturias. Su capital es Infiesto. Limita al norte conVillaviciosa y Colunga, al este con Parres, al oeste con Nava y Cabranes y al sur con Ponga, Caso, Sobrescobio y Laviana.
Comprende una extensión total de 283, 89 km², y una población aproximada de 8.160 habitantes